Estar confinados en casa es algo que nos afecta como personas y como sociedad. Se trata de una situación lejana a la idónea que tiene consecuencias en la salud mental, pero también en la física. Es por ello que hoy vamos a contaros cómo combatir un efecto secundario de la cuarentena muy importante, el sedentarismo.
Tenemos que estar en casa las 24 horas del día si queremos que la curva de contagio se aplane. Eso lo tenemos asumido. Eso implica que no podemos hacer con libertad ciertas rutinas que, con poco, nos mantenían activos: ir andando al trabajo, a las compras, llevar a los niños al colegio, salir a caminar, tomar algo o hacer deporte. Hemos perdido, entre otras cosas, todo eso. ¿Qué hacer ahora?
En los últimos días, Fitbit, empresa especializada en la fabricación de monitores de actividad, ha publicado que la actividad física de los españoles ha decaído un 38% durante el aislamiento. Una consecuencia lógica del confinamiento al que está sometida la población. Pero, ¿podemos combatir el sedentarismo sin poder salir de casa? ¡Desde NB Ejercicio y Salud te ayudamos con estos útiles consejos!
Si el sedentarismo es el efecto secundario de la cuarentena más importante en el plano físico, de él se pueden derivar inconvenientes como obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, dolores de espalda y articulaciones, ansiedad e, incluso, depresión. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad tratar de combatirlo desde el primer momento.
La buena noticia es que no estás solo y que este inconveniente nos ha cogido en un momento en el que la sociedad española es cada vez más activa, más deportista. Solo hay que seguir unos pequeños consejos que se ajusten a nuestra franja de edad y nuestro nivel físico previo al aislamiento.
Así, por ejemplo, si eres un adulto (18-64 años) que no llegaba a los 150 minutos de actividad física semanal antes del confinamiento, tu objetivo será activarte y mejorar la resistencia aeróbica, así como tu fuerza. En cambio, si sí que eras activo, tu principal objetivo ha de ser mantener la forma actual, llegando a mejorarla si fuera posible con más de 200 minutos de deporte semanal.
Los mayores de 65 años que no padezcan de patologías previas han de alcanzar un mínimo de actividad física moderada para mejorar su fuerza y equilibrio. Por su parte, las mujeres embarazadas y puerperio, así como los adultos con discapacidades y enfermedades crónicas o lesiones pueden realizar actividad física, pero siempre con recomendaciones especiales y siguiendo los consejos de un especialista.